El
caserío poseía un niño chateau que pertenecía, desde el medio del siglo
XVI, a Francisco Rigaud, dicho del Vaissière, nacido de una familia
de notarios. El lugar fue ya destruido a finales del siglo XVIII (no
figura sobre la carta de Cassini).
Entre tanto, la familia, apagada desde hace tiempo, se había aliado
con Bardets de Burc, de Pestels y de Scorailles.